Los hilos tensores en Madrid
Hilos tensores: juventud para tu piel
Con el paso del tiempo es completamente natural que la elasticidad de la piel decrezca. Pero eso no quiere decir que debamos resignarnos a ver cómo perdemos nuestra piel tersa. Estos hilos tensores en Madrid, en el Instituto Médico Del Prado, son capaces de resituar la piel hasta donde debería estar para, así, acabar con las arrugas faciales y recuperar el triángulo de belleza. Y todo eso durante más tiempo del que te imaginas.
Cómo funcionan
Es un médico especializado en medicina estética el que debe recomendar la implantación de hilos tensores, dado que solo él o ella podrá realizar esta intervención. Para colocarlos en nuestro cuerpo es necesario realizar una ligera incisión por la que infiltrarlos. Los microhilos se desplegarán en la zona deseada para estirar la piel a su alrededor. Al estar fabricados con polidioxanona, un material totalmente biocompatible, no existe riesgo de rechazo.
Una vez que se han implantado bajo la piel, los primeros resultados de los hilos tensores se ven apenas unas horas después de la operación. Sin embargo, habrá que esperar hasta tres meses para contemplar los espectaculares resultados finales.
Tipos de hilos tensores
Existen dos modelos principales de hilos tensores. Por un lado tenemos los hilos tensores de monofilamento. Son los más finos y se colocan en diferentes zonas de la cara para resituar la grasa sobrante. De esta forma, conseguimos reducir y rellenar arrugas faciales finas.
El otro modelo de hilos tensores son los especulados. Estos son más fuertes y gruesos que los anteriores. Además, cuentan con pequeñas espigas que se acoplan con más fuerza a la piel. Son especialmente útiles en zonas con mayor flacidez, consiguiendo resituar totalmente la grasa sobrante.
Ventajas
La principal ventaja de los hilos tensores es su eficacia y duración. Mientras que otros tratamientos como la toxina botulínica o el ácido hialurónico ven sus efectos reducidos a los pocos meses, los hilos tensores siguen siendo exitosos hasta dos años después de la intervención. De esta forma, la inversión inicial realizada en este tratamiento acaba siendo más rentable que la de otros tratamientos que requieren de más frecuencia.
Limitaciones
La única limitación de los hilos tensores es su postoperatorio, que puede resultar más molesto que el de otros tratamientos estéticos. Tras la implantación de hilos tensores es posible desarrollar hinchazón, calor e incluso algún ligero hematoma. Estos efectos adversos, poco frecuentes, se disipan a los pocos días.